"En cuanto al objetivo, éste siempre era para mi lo mismo que el precioso cordero de tres semanas para un matarife: un trozo de carne viva al que había que paralizar para siempre a cambio de un dinero. ¿Un carnicero, cuando está sacrificando a algún animal, se pone a pensar en la vida y la muerte? No, no puede. Porque entonces no hace bien su trabajo. Ha de cortar el pescuezo del cordero como si estuviese seccionando una lasca de mantequilla que va a untar en la tostada del desayuno.

     Yo, dado que no podía cambiar mi vida a aquellas alturas, prefería pensar en la lasca de mantequilla"

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Narrada en primera persona, Posición de tiro recrea, con gran realismo y crudeza, pero sin renunciar al sentido del humor, el último trabajo de un asesino a sueldo: su día a día, como se entrena, como prepara todos los detalles con minuciosidad, el valor de cada elemento que debe tener en cuenta...

      El suyo es un oficio en que el más mínimo descuido puede costar caro, por eso se esfuerza en tenerlo todo controlado. Pero no cuenta con una simple chica que se cruzará en su camino y le trastocará los planes.